lunes, 29 de marzo de 2010

Todas las caras

Hay algo de humanidad en el ambiente del terror cuando se interpone un clásico "Boca/River". Muy a pesar de mis ideales, cuando aparece el futbol cambia en forma radical la naturaleza de las tensiones del entorno y,  aunque soy una persona que no cree en el futbol, dicha circunstancia me resultó de alguna manera acogedora.

En el tiempo transcurre el partido, la planta alta de la casa propone alternativas diferentes. De esta manera,
la sala que anteriormente advertía:



Ante esta eventualidad sugiere:

Opción A: seguimiento del evento deportivo








Opción B: Cubrir varios frentes simultaneamente







Opción C: Observar en desarrollo la toma "in situ"



Opción D: Visitar los cuartos en los que se habría inspirado el mismísimo Poe





Entre tantas cosas que no se ven en este espacio, del increible mundo de la realización de una película de terror, encontré también  en esta ocasión, residuos de algún festejo, celebración o rito (aclaro esto último ya que pensandolo bien, las condiciones podrían ser las adecuadas para una macumba), a saber: Globos y guirnaldas de colores, y restos elementos comestibles. La versión oficial acusaba cumpleaños, pero esta mente inquieta jamás podría conformarse con algo tan trivial, tratandose de quienes se trata, sin haber podido primero realizar las investigaciones pertinentes. De todas maneras, vamos a ver como sigue desenvolviendose todo.

martes, 23 de marzo de 2010

Están untando a Camila

Llegué a la casa y estaba todo más hermético que nunca. Un amable desconocido tuvo que ayudarme a abrir la puerta de calle, mañosa de años ella. De no haber sido socorrida no habría insistido demasiado, esa casa pide respeto a gritos.

Aunque ya conocía los requriemientos para permanecer en el set, sentí la necesidad de incrementar las precauciones. Estaban utilizando ambas plantas de la casa, por lo que no quedaba rincón donde relajarse un poco. Alguien al pasar me dijo: "Andá a ver arriba, hoy es el día de las mutiladas" y yo sentí que la saliva que estaba a punto de tragar se había vuelto frazada de lana. Para peor, ya me habían visto e identificado, por lo que era prudente que circule al menos unos minutos, que me haga ver, que haga de cuenta que estaba fotografiando algo interesante. Entonces caminé, lentamente y con cuidado de no pisar siquiera una araña, pensando que tal vez se tratase de algo que pudieran necesitar para el rodaje (para mi no haría falta nada más que eso). Subí las escaleras hacia mi inevitable destino: "Las mutiladas".

Mi travesía por la planta alta fue breve. Duró un vistazo a una habitación llena de actices siendo transformadas, un pequeño recorrido por la escenografía, y un breve contacto visual con el director (ese tipo serio de barba), que bastó para mandarme a buscar otros rumbos. Si hay algo que jamás haría es llevarle la contra a una persona que hace películas de terror.

Una vez abajo, mientras luchaba contra mi exagerado instinto de supervivencia por no escabullirme definitivamente hacia la calle, escuché varias voces que provenían de un cuartito ubicado a la derecha y al final del pasillo que conduce al patio de la casa. Me acerqué para ver que allí se encontraba, recostada sobre una especie de plástico transparente, una de las actrices protagonistas de este film.



El cuarto estába ambientado como lo que vendría a ser un sótano/taller mugriento. Y a Camila, la actriz en cuestión, la estaban untando en forma abundante con algo muy parecido a una gelatina amarillenta, mientras realizaban planos bien detallados del efecto de dicha sustancia en su piel, que yo podía observar en un monitor ubicado a la entrada de una habitación que se encuentra al otro lado del pasillo


Quise asomarme para poder ver más directamente a Camila, pero entre camarógrafo, asistentes y untadores de gelatina amarillenta obstruían por completo mi campo de visión. Solo pude escuchar una voz masculina insatisfecha con la cantidad de sustancia que había sido aplicada. Inmediatamente después de las quejas una chica salio del cuartito con un vaso de material descartable en la mano y decidí seguirla. No pude salir de mi asombro al descubrir el sitio del cual extraían aquella gelatina amarillenta.

       

Hubiera preferido no encontrarlo. Y estoy segura de que Camila no sabe con que material la estan
untando. Finalmente siento que me voy acercando a la conclusión de que no es tan arbitraria e idiota mi teoría que afirma que las personas que se dedican a realizar ficción del género terror tienen una conexión muy directa con las fuerzas del mal.

jueves, 18 de marzo de 2010

Terror en la casa

Voy a mantener en secreto los motivos por los cuales tengo luz verde para ingresar y moverme dentro del inmueble donde se está rodando esta pelicula, porque no vienen al caso, y porque una chica debe siempre mantener un halo de misterio.




Había ya recorrido la locación unos días atrás, cuando esta aún vacía, recien estaba siendo descubierta por quienes verdaderamente iban a trabajar en ella. El primer pensamiento que tuve fue "Ojalá que los fantasmas de esta casa se entusiasmen con la filmación, porque sino a esta gente se le va a complicar para trabajar, MMUUUAAAJJJAAAJJJAAAJJ". Afortunadamente era de día y había otras personas. Afortunadamente también, soy demasiado tímida como para reproducir mis pensamientos en público (en este lugar y al margen de la filmación, la existencia de fantasmas no está en tela de juicio).


Volví a la casa al cuarto día de rodaje, preparada con mi humilde camarita para capturar algunas de las imágenes que acompañan este relato. Por desgracia para mi timidez, el lugar estaba repleto de personas urgentes. Algunas me saludaban, otras apenas me sonreían, el resto actuaba concentrada sin percatarse de mi existencia. Saqué algunas fotos entre toma y toma, pero la tensión y el temor a causar algún tipo de inconveniente en el set me acobardaron bastante.


Dos o tres veces me encontré paralizada en algún rincón incómodo al grito de "Silencio" del director, un tipo serio de barba y acento español, al que no quisiera conocer enojado, por lo que decidí, al menos por el momento, abandonar la zona de filmación y salir a investigar el edificio, en busca de vaya a saber Dios que cosa. Así fue como, por medio de la observación, logré elaborar un catálogo de elementos que aparentemente no deberían faltar durante el rodaje de una película de terror:

1- Colchones viejos




2- Envases de cerveza



3- Bolsas negras




4- Agujeros para el techo



5-Carteles








6- Balde rojo, destornillador y guantes






Cuando miré el mundo exterior por la ventana y me di cuenta de que las condiciones climáticas no eran la oportunas para permanecer sana y salva allí dentro, emprendí la retirada.




Notas a tener en cuenta:
- Improvisar un desmayo si se me llegara a escapar algún ruido u olvidase apagar el celular,  luego de que director y sonidista gritaron "Silencio".